Éxodo 22,20-26; Salmo 17; 1 Tesalonicenses 1, 5c-10; Mateo 22,34-40
29 de Octubre de 2017
P. Chava, SVD |
Las normas que me rigen, están vinculadas al amor que tengo a Dios y a mi prójimo. A lo largo de la vida Dios me da oportunidad de demostrar mi fidelidad y amor hacia Él, como la gran dicha de disfrutar la vida al servicio de mi prójimo en el amor puedo transmitirles con mi ser como persona única e irrepetible.
P. Chava, SVD |
En el libro de Éxodo, Dios advierte al pueblo de Israel de no practicar la injusticia como por ejemplo: aprovecharse de los más débiles: el extranjero, la viuda, el huérfano, los pobres en general. Que no presten con usura y ni abusen del que no tiene nada. Salmo 17: “Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza”.
San
Pablo Escribe a los de Tesalónica, para motivarles y reconocerles, porque se
han convertido al cristianismo, admira sus buenas obras y su fe puesta en la
segunda venida de Jesús.
P. Chava, SVD |
En el Evangelio, Jesús confirma la ley de Dios en dos mandatos que simplifica la ley y los profetas: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." y "Amarás a tu prójimo como a ti mismo."
El amor, es la base la religión del Dios Uno y Trino,
cuando se comprende que amar a Dios y al prójimo como seres que necesitan ser
respetados y ayudados. Descubrimos la misión implícita de nuestras vidas en la
tierra y consiste en esencia en amar y dar vida a quien nos creo y a su
creación en su totalidad.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.
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