P. Chava, SVD |
Génesis 12,1-4a; Salmo 32; 2 Timoteo 1,8b-10; Mateo 17,1-9
Domingo, 12 de marzo de 2017
Tirar para adelante, en la vida nos encontraremos
muchas motivaciones para seguir con nuestras vidas, pero qué podemos hacer
cuando estamos confundidos y dudamos hacia dónde ir, incluso pensamos que nos
hemos equivocado de camino. Por eso Dios es nuestra referencia, nuestra
brújula, nuestro norte. Cuando dudemos tenemos que rezar, y encontrar con Dios
el camino a seguir.
El relato que en encontramos en el Génesis es
fundamental para tener fe en Dios y en el cumplimiento de sus promesas. Abrán
es el escogido para fundar una nación, por eso tiene que mostrar con sus actos
la fe que tiene en Dios; Abrán comprendió la señal de Dios: dejar su pasado,
dejar su sitio de confort, es decir, su casa, sus bienes, su historia, para
emprender el futuro incierto a su avanzada edad, era sin duda un acto de fe.
Cualquiera en su lugar no haría caso a Dios, y sin embargo Abrán y su familia
emprende el viaje y comienzan una nación con unos pasos de fe ciega hacia a
Dios. Ante la incertidumbre de la vida futura imploramos al Señor su
misericordia con el Salmo 32: “Que tu misericordia, Señor, venga sobre
nosotros, como lo esperamos de ti”.
San Pablo escribe a Timoteo para motivarle a ser fiel
en la evangelización de los pueblos, que se sienta orgulloso de ser parte de
sus mensajeros por el mundo, pues Jesús y Dios nos necesitan para esparcir la
semilla del Verbo Divino, es decir, la palabra de Dios a las naciones y hasta
los confines de la tierra. Toda persona o comunidad cristiana que reciba la
palabra de Dios será salvada porque ha recibido la gracia de Dios que cura y
salva al ser humano de su pecado. Por eso quienes confían en el Señor, quien
tenga fe en Jesús y en Dios, se salvará, pues la gracia de Dios hará milagros
en ellos, para empezar los purificará y después les dará vida eterna.
P. Chava, SVD |
En el evangelio de Mateo Jesús sube a la montaña con
tres de sus discípulos, ellos se quedan admirados por la transfiguración que
tiene Jesús, pues al lado de Jesús aparece Moisés y Elías todos brillaban y lucían de blanco. Pedro quería hacer tres
tiendas, es decir, deseaba quedarse en ese lugar, pero Jesús les hace regresar
a la realidad con sus discípulos y bajan de la montaña: lo que podemos deducir
es la importancia de Jesús para escoger
a tres de sus discípulos: Pedro, Santiago y Juan, ellos darán fe de la
revelación y transfiguración sobre Jesús: porque Jesucristo es el enviado por
Dios, por eso el resplandor divino y el lugar donde se hace: la montaña que nos
recuerda el monte Sinaí donde Dios le habla a Moisés; Jesús es reconocido con
el Mesías porque es justificado por Moisés y Elías que representan la ley y los
profetas.
Las lecturas nos invitan a seguir con nuestras vidas
pero al mismo tiempo a tener en cuenta a Dios en nuestras decisiones, para
poder seguir: “tirando para adelante”, a pesar de nuestras dificultades, nuestros miedos, nuestras crisis físicas o existenciales;
porque sabemos que el Señor nos sostendrá y nos orientará para mirar más allá
del tiempo y de la realidad; para descubrir que con Dios todo es posible y nada
es imposible para Dios. Señor en ti confío, has de mi lo que quieras, sea lo
que sea te doy las gracias, estoy dispuesto a todo con tal de que se haga tu
voluntad en mi y en mi realidad y su entorno.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de
Madrid, España.
P. Chava, SVD |
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