CHAVA SOL:

miércoles, 29 de marzo de 2017

Dios da vida eterna, 5º de Cuaresma, Ciclo A

5º de Cuaresma, Ciclo A
Ezequiel 37,12-14; Salmo 129; Romanos 8,8-11; Juan 11,3-7.17.20-27.33b-45
Domingo, 2 de abril de 2017
P. Chava, SVD
Dios da vida eterna, quien cree en Él vivirá para siempre, quien se alimenta de Cristo permanecerá unido a la Trinidad: "Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo".  Y todos los fieles que están unidos a Dios vivirán a su lado, en esta vida  y en la vida futura.
 
En la primera lectura el profeta Ezequiel nos narra la grandeza de Dios al infundir su Espíritu sobre los huesos; sobre los cuerpos inanimados; sobre los muertos, y la tragedia va más allá; sobre los muertos enterrados fuera de Tierra Santa. Es la promesa de resurrección y de vida eterna para el pueblo escogido de Dios, todos de nuevo formaran el pueblo de Dios. Pues Dios es un Dios de vivos y de muertos, con esto descubrimos que Dios supera el especio del tiempo y llegamos a la eternidad en compañía de nuestro Dios. Salmo 129: “Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa”.
P. Chava, SVD

En la segunda lectura San Pablo escribe a los Romanos la importancia de hacer comunión con la Iglesia al recibir todos el mismo Espíritu; añade la calidad y la eficacia de este Espíritu pasando por la experiencia de la muerte de Jesús a una experiencia de resurrección, es decir, quien recibe este Espíritu que recibió Jesús sin dudad tendrá el mismo beneficio, resucitar junto a Cristo.

En la lectura del Evangelio según san Juan encontramos testimonios de sus discípulos al narrar cómo Jesús lloró por su amigo Lázaro y cómo Jesús para dar gloria a Dios lo resucita, insistirá a sus discípulos y sus hermanas de Lázaro que Jesús es la resurrección y la vida, quien creen en Él vivirá por una eternidad.

Hay que dar gloria a Dios en esta vida con nuestros actos y con nuestras acciones, pues quien está unido a la Trinidad, permanece en Dios y Dios obra milagros en él; como por ejemplo: la fecundidad; las bendiciones que recibe y que da; con la vida eterna en prenda de garantía de fidelidad el ser humano puede dar lo mejor de sí para amar, santificar y glorificar a Dios en todo.

P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.


P. Chava, SVD
 

 


jueves, 23 de marzo de 2017

Cristo luz del mundo, 4º de Cuaresma – Ciclo A

4º de Cuaresma – Ciclo A
P. Chava, SVD
Samuel 16,1b.6-7.10-13ª; Salmo 22; Efesios 5,8-14; Juan 9,1.6-9.13-17.34-38
Domingo, 26 de marzo de 2017

Cristo luz del mundo, tú eres quien viene para salvarnos, para curarnos, para darnos vida eterna, para llenarnos de luz para que seamos luz como tú eres la luz del mundo.

En el libro de Samuel, encontramos el relato de la misión del Señor que pone hacia el profeta Samuel para ungir al nuevo Rey de Israel, vemos que Dios no se deja llevar por las apariencias  y escoge a un niño que es el hijo menor de su familia y además es pastor; como tal es un niño inocente; es un humilde pastor; sencillo e ignorante del papel que puede desempeñar un rey; sin embargo el pueblo de Israel quiere un rey parecido a sus vecinos. Samuel unge al nuevo rey del pueblo de Israel, pero lo hace, cuando aun tienen un rey en vida: a “Saúl” esto traerá un conflicto entre los dos. Por eso vemos que Dios se basa en la vocación de cada persona para hacer del sencillo alguien grande. El rey David será la impronta del pueblo de Dios, al convertirse en signo y símbolo del pueblo de Israel. Dios usará la imagen del: “pastor”, para mostrar su compromiso con el pueblo por decimos el Salmo 22 “El Señor es mi pastor, nada me falta”.

P. Chava, SVD
En la carta a los Efesios, es importante e imprescindible comprender el sentido simbólico del mensaje: que los seres humanos se conviertan en luces, que proviene de la luz de Cristo, pues el Señor es luz del mundo, nosotros al ser bautizados nos unimos a él, y cuando vivimos la fe y la ponemos en práctica creamos luz y esa luz se comprueba cuando nuestras acciones tienen como resultado la  bondad, justicia y verdad. Nos invita a denunciar el pecado las tinieblas para que todo lo que está mal pueda cambiar, se convierta en luz, pues Jesús nos purificará, nos invita a levantarnos del sueño, de la muerte para comenzar a vivir en plenitud. Para que vivamos y transmitamos la luz de Cristo.

P. Chava, SVD
En el evangelio según san Juan encontramos la narración de la curación del hombre siego de nacimiento, él puede ver, pero gracias Jesús; Nuestro Señor Jesús usa esta metáfora de la vista para hacerse notar como luz del mundo; Jesús sana al siego usando su propia saliva, para hacer barro, se lo unta con sus manos en los ojos y luego le pide que vaya a la piscina de Siloé. El ciego es cuestionado: “no valla ser un falso impostor”,  o el mismo Jesús sea “un gran charlatán”; pero es la falta de fe y el desconocimiento sobre Jesús lo que hace dudar del milagro, que un siego de nacimiento pueda ver; Incluso señalan a Jesús como un pecador y por lo mismo no puede hacer milagros; En esta catequesis, descubrimos que hay que librarnos de prejuicios para que Jesús haga milagros en nosotros.

Señor, ven a mi vida, Señor sácame de la oscuridad, ilumina mi rosto con tu mirada, dame el valor de dejar atrás al pecado, las tinieblas, la oscuridad, todo aquello que me lleva a la muerte, y rescátame para convertirme en seguidor tuyo y poder encender mi ser con tu luz y así dar luz en este mundo como tú lo haces mi Señor en nuestras vidas.


P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.





jueves, 16 de marzo de 2017

Transmisión de la fe, 3º de Cuaresma – Ciclo A

3º de Cuaresma – Ciclo A
Éxodo 17,3-7; Salmo 94; Romanos 5,1-2.5-8; Juan 4,5-42
19 de marzo de 2017

P. Chava, SVD
Transmisión de la fe. Si es cierto que nacemos sin nada, en absoluto, descubrimos muchas herramientas y valores en nuestra vida. Los primeros transmisores son nuestros padres o tutores, los que nos cuidan y guían por el paso de nuestras vidas. Algo fundamental y vital en la vida el ser humano es la fe, si es cierto que hay personas que les gusta vivir si ella, la fe no deja de ser importante e imprescindible para la gran mayoría de los seres humanos. Por eso todos tenemos que vivir la fe con intensidad, para poder contagiar y transmitir esta fe: "en Dios y en sus obras que nos salvan".

P. Chava, SVD


En la lectura del libro del Éxodo: el pueblo se amotina contra Moisés y contra Dios en Masá y Meribá, porque cuestionaban el liderazgo de Moisés y la presencia de Dios con ellos ante la falta de comida y agua se decían: “¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?”. Dios les responde con un milagro, al pedirle a Moisés, que con su  cayado saque agua de las rocas con solo tocarlas. Sin duda Dios siempre está con nosotros, pero nuestra falta fe, nos hace dudar de su presencia, por eso debemos rezar el Salmo 94: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”.


En la carta a los Romanos se afirma que somos salvados y justificados por Jesús; el realce de la salvación es aún mayor, porque Jesús no solo salva a los buenos sino también a los pecadores, en suma a toda la humanidad. Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado.

En el evangelio según san Juan, estando Jesús sentado en el pozo de Samaria, él tiene un diálogo con una mujer samaritana sobre el agua de ese pozo y sobre la religión de ambos; a lo largo del diálogo la mujer cae en la cuenta de que Jesús es el Mesías, y que Jesús se ofrece así mismo como agua viva, ella incluso le avisa a sus paisanos de que ha encontrado al Mesías y ellos después de estar un tiempo con Jesús creen que Jesús es de verdad el Mesías, su nuevo salvador.  


P. Chava, SVD
La fe solo se recibe, pero quien la conserva, es el mismo hombre o mujer que da vida a esa fe. De unos siglos atrás comenzó un movimiento fuerte para remover la fe de las personas: con la cultura, la sociedad, las leyes, los pensamientos, los símbolos, los gestos, etc. en muchos países y lugares no se puede vivir tranquilamente practicando la fe recibida de sus padres, porque son castigados con persecuciones o excluidos; tratados como gente de segunda o tercera clase, sin muchos derechos;  Por eso Señor ven, y haz de nuevo tu justicia, entre los hombres y mujeres que quieren recibir la Buena Nueva; Siembra en la humanidad palabras de vida eterna, que podamos vivir sin miedo, sin mal en el mundo, que podamos dar esperanza, fe y justicia en nuestro entorno con todos los hombres y mujeres que nos unen a ti Señor.
 
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.


P. Chava, SVD

 

miércoles, 8 de marzo de 2017

Tirar para adelante, 2º de Cuaresma – Ciclo A

P. Chava, SVD
2º de Cuaresma – Ciclo A
Génesis 12,1-4a; Salmo 32; 2 Timoteo 1,8b-10; Mateo 17,1-9
Domingo, 12 de marzo de 2017

Tirar para adelante, en la vida nos encontraremos muchas motivaciones para seguir con nuestras vidas, pero qué podemos hacer cuando estamos confundidos y dudamos hacia dónde ir, incluso pensamos que nos hemos equivocado de camino. Por eso Dios es nuestra referencia, nuestra brújula, nuestro norte. Cuando dudemos tenemos que rezar, y encontrar con Dios el camino a seguir.

El relato que en encontramos en el Génesis es fundamental para tener fe en Dios y en el cumplimiento de sus promesas. Abrán es el escogido para fundar una nación, por eso tiene que mostrar con sus actos la fe que tiene en Dios; Abrán comprendió la señal de Dios: dejar su pasado, dejar su sitio de confort, es decir, su casa, sus bienes, su historia, para emprender el futuro incierto a su avanzada edad, era sin duda un acto de fe. Cualquiera en su lugar no haría caso a Dios, y sin embargo Abrán y su familia emprende el viaje y comienzan una nación con unos pasos de fe ciega hacia a Dios. Ante la incertidumbre de la vida futura imploramos al Señor su misericordia con el Salmo 32:Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”.


P. Chava, SVD
San Pablo escribe a Timoteo para motivarle a ser fiel en la evangelización de los pueblos, que se sienta orgulloso de ser parte de sus mensajeros por el mundo, pues Jesús y Dios nos necesitan para esparcir la semilla del Verbo Divino, es decir, la palabra de Dios a las naciones y hasta los confines de la tierra. Toda persona o comunidad cristiana que reciba la palabra de Dios será salvada porque ha recibido la gracia de Dios que cura y salva al ser humano de su pecado. Por eso quienes confían en el Señor, quien tenga fe en Jesús y en Dios, se salvará, pues la gracia de Dios hará milagros en ellos, para empezar los purificará y después les dará vida eterna.

En el evangelio de Mateo Jesús sube a la montaña con tres de sus discípulos, ellos se quedan admirados por la transfiguración que tiene Jesús, pues al lado de Jesús aparece Moisés y Elías todos brillaban  y lucían de blanco. Pedro quería hacer tres tiendas, es decir, deseaba quedarse en ese lugar, pero Jesús les hace regresar a la realidad con sus discípulos y bajan de la montaña: lo que podemos deducir es  la importancia de Jesús para escoger a tres de sus discípulos: Pedro, Santiago y Juan, ellos darán fe de la revelación y transfiguración sobre Jesús: porque Jesucristo es el enviado por Dios, por eso el resplandor divino y el lugar donde se hace: la montaña que nos recuerda el monte Sinaí donde Dios le habla a Moisés; Jesús es reconocido con el Mesías porque es justificado por Moisés y Elías que representan la ley y los profetas.

Las lecturas nos invitan a seguir con nuestras vidas pero al mismo tiempo a tener en cuenta a Dios en nuestras decisiones, para poder seguir: “tirando para adelante”, a pesar de nuestras dificultades,  nuestros miedos, nuestras crisis físicas o existenciales; porque sabemos que el Señor nos sostendrá y nos orientará para mirar más allá del tiempo y de la realidad; para descubrir que con Dios todo es posible y nada es imposible para Dios. Señor en ti confío, has de mi lo que quieras, sea lo que sea te doy las gracias, estoy dispuesto a todo con tal de que se haga tu voluntad en mi y en mi realidad y su entorno.




P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.



jueves, 2 de marzo de 2017

Cambiar la historia, 1º de Cuaresma – Ciclo A

P. Chava, SVD
1º de Cuaresma – Ciclo A
Génesis 2,7-9;3,1-7; Salmo 50; Romanos 5,12-19; Mateo 4,1-11
Domingo, 5 de marzo de 2017

Cambiar la historia para bien de la humanidad. En los relatos que heredamos desde hace siglos, encontramos muchos que pretenden desvelar misterios del origen de la humanidad y el porqué conservamos algunas tradiciones y ritos.

En el libro del Génesis, encontramos el meta relato de la explicación de la expulsión del hombre y la mujer del paraíso: este relato tiene el fin de entender porque la humanidad tiene que trabajar; como el ser humano tiene por naturaleza la ambición por la búsqueda del poder y del conocimiento para manipular la realidad, de fondo quiere ser Dios o por lo menos asemejarse a Él. Adán y Eva, nos dice el relato, cometen un acto de infidelidad al traicionar la confianza de Dios, por eso el ser humano es separado de la realidad humana de la divina. Esta falta de nuestros primeros padres en la religión católica le llaman pecado original y en la doctrina de la Iglesia se afirma que todos nacemos con ese pecado, hasta que somos purificados por el bautismo. Es necesario buscar el perdón de Dios para ser purificados por él, como dice el Salmo 50Misericordia, Señor: hemos pecado”.
P. Chava, SVD

En la carta a los Romanos une el relato del Génesis de la expulsión y muerte del hombre por causa de su desobediencia a Dios, pero sin embargo, Jesús al morir en la cruz con su obediencia salvo a la humanidad de la muerte y la ha regenerado. Por Adán perdimos mucho, por Jesús lo ganamos todo.

En el evangelio encontramos a Jesús en el desierto y después de pasar hambre y sed durante cuarenta días es tentado por su enemigo el diablo para que abandone a Dios y se complazca así mismo: para que deje de tener hambre; para que muestre su poder divino, para que se sacie de tener todo cuanto quiera hasta el mundo entero. Pero Jesús vence las tentaciones y comienza así el Reino de Dios con sí definitivo a Dios y una renuncia de sí mismo para salvar a la humanidad; para santificar las obras de Dios con su vida y son su memoria. La Iglesia lo hará con los sacramentos que Jesús nos dejo.

El sentimiento de culpa lo traemos desde que nacemos porque desde que nacemos cargamos emocionalmente una herencia envenenada: “el pecado original”. Es un sentimiento de culpa que arrastra a toda la humanidad desde el relato de Adán y Eva en el libro del Génesis; todos cargamos con el sentimiento de ser imperfectos y ambiciosos, por desobediencia a Dios, por la desobediencia de nuestros primeros padres perdimos el paraíso. El Génesis es un relato que nos implica a todos, nuestros orígenes y nuestras caídas y pecados,  por eso cobra sentido el porqué Jesús es nuestro salvador, porque con su vida, muerte y resurrección descubrimos el amor de Dios. Jesús vino a cumplir la voluntad de Dios y con su obediencia nos salvo: la gracia de Dios, que borra todo tipo de pecado, la recibimos a través de los sacramentos  que administra la Iglesia, en especial los de iniciación cristiana: Bautismo, reconciliación, eucarística y confirmación. Gracias Dios, Jesús nos salvo a todos con su amor.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de  Madrid, España.