P. Chava, SVD |
Samuel 5,1-3; Salmo 121; Colosenses 1,12-20; Lucas 23,35-43
Domingo, 20 de noviembre de 2016
Jesús mío en ti confió, pues Dios nos dio la vida; de
Dios venimos y a Dios vamos, por eso podemos poner nuestra vida en manos del
Señor.
En lectura del profeta Samuel, es el resumen de la
unción de David como Rey de Israel. Salmo 121: “Vamos alegres a la
casa del Señor”.
P. Chava, SVD |
En la carta de Colosenses, nos narra que la muerte de
Cristo en la cruz nos ha salvado, nos ha purificado de nuestros pecados;
también reconoce a Jesús como principio divino, para todo lo creado y todo
cuanto existe, por lo mismo es origen y fin de la vida, pues todo le pertenece,
a Jesús honor y gloria por los siglos de los siglos.
En el evangelio, Jesús padece en la cruz, se burlan de
él; le hacen pasar toda clase de insultos y torturas, y sin embargo en medio
del dolor Jesús da esperanza de vida a otro crucificado.
El Reino de Dios vino y se estableció con el anuncio
del Evangelio; en esta festividad de Jesucristo Rey
del Universo queremos reconocer el punto vital de Dios en nuestras vidas;
queremos dar gloria a Dios con nuestras palabras y obras; queremos ser los
instrumentos necesarios para construir el Reino de Dios en este mundo; un Reino
donde sea evidente que somos sus discípulos por la forma en que nos amos unos a
otros; un Reino en donde Dios reina en nuestros corazones y en nuestras mentes.
P. Chava, SVD |
P. Chava,
SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de
Altagracia, Diócesis de Madrid,
España.
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