P. Chava, SVD |
28º del Tiempo
Ordinario, Ciclo C
Reyes 5,14-17; Salmo 97; Timoteo 2,8-13; Lucas 17,11-19
9 de
octubre de 2016
A Dios
todo poder y toda gloria, porque es quien nos da la vida, nos sana y nos salva
de nosotros mismos. Dios es quien actúa en nuestras vidas si se lo permitimos.
En el lectura de reyes el general Sirio Naamán quedo curado de su lepra
por confiar en Dios y por este milagro expandirá la fe de Israel entre su
hombres. Salmo 97: “El Señor revela a las
naciones su salvación”.
P. Chava, SVD |
En el evangelio de san Lucas, es
Jesús que camina y en el camino salen a su encuentro diez leprosos, ya habían oído
de Jesús por eso le piden su compasión para que los curase, Jesús los manda a
que acudan al sacerdote de la zona para que legitime su sanación, por el camino
el samaritano es el que se da cuenta de la curación y regresa a Jesús para
darle gracias. Él fue el único agradecido del milagro de sanación.
Gracias Señor por la vida, por la familia, por los amigos, por el trabajo,
por los bienes, por la salud y por tantos milagros que obras en nosotros cada
día. Porque a Dios hay que darle toda gloria, honor y poder por los siglos de
los siglos amén.
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