P. Chava, SVD |
Hechos de
los Apóstoles 2,1-11; Salmo 103; 1 Corintios 12,3b-7.12-13; Juan 20,19-23
15 de
Mayo de 2016
Ven Espíritu
Santo y se renovará la faz de la tierra, tendrá vida como al comienzo del mundo;
ven Espíritu Santo para ungirnos y llenarnos de ti, para que así seamos tu
templo; ven Espíritu Santo y envíanos a predicar la Buena Noticia que nos trasmitió
Jesús, por ordenes de Dios Padre.
P. Chava, SVD |
En Hechos de los Apóstoles nos narran el milagro de Pentecostés,
los discípulos y la comunidad cristiana estaban reunidos en el mismo lugar, fue
entonces cuando el Espíritu Santo en forma de viento y lenguas de fuego entro
para ungirlos, como cuando hizo lo mismo con Jesús en el río Jordán, lo ungió
el Espíritu Santo para enviarlo a predicar. Así vuelve a suceder el Espíritu del Señor unge a sus
elegidos para que prediquen al mundo entero, en este caso hasta los capacita
para hablar lenguas extranjeras. Salmo 103 R. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
San Pablo en la Carta a los Corintios define el
cuerpo místico de Cristo con la diversidad de los cristianos en sus dones, funciones,
ministerios, origen y estratos sociales, y sin embargo todos a pesar de las
grandes diferencias todos formamos un solo cuerpo. Pero esto es sólo posible
por unidad en Cristo, de su Iglesia y con la unción del Espíritu Santo.
En el evangelio de san Juan nos narra la trasmisión
del Espíritu Santo que hizo Jesús con sus discípulos; además les trasmitió la
paz y les dio autoridad para perdonar y retener los pecados. Jesús destruyo el
miedo de los discípulos y los envió a sembrar la palabra de Dios.
P. Chava, SVD |
Hoy la Iglesia renueva su nacimiento, pues con la
llega del Espíritu Santo en Pentecostés, los discípulos dejaron de sentir miedo
y comenzaron a predicar el evangelio de Dios a todas las personas con las que
se encontraban, la Iglesia primitiva, nace en las casas y va al mundo entero a
fundar nuevas comunidades de amor; Señor envía tu Espíritu Santo, para que
seamos buenos discípulos dispuestos a dar la vida para sembrar la palabra de
Dios en la tierra.
P. Chava, SVD |
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