CHAVA SOL:

viernes, 26 de febrero de 2016

Misericordia Señor porque soy un pecador. 3º Cuaresma, Ciclo C

P. Chava, SVD
3º Cuaresma, Ciclo C
Éxodo 3,1-8a.13-15; Salmo 102; Corintios 10,1-6.10-12; Lucas 13,1-9
28 de febrero de 2016

Misericordia Señor porque soy un pecador. El arrepentimiento de nuestros pecados nos permite renovar nuestras vidas; nos permite levantarnos después de caer en el pecado o en nuestras debilidades; mostrarnos pecadores arrepentidos delante del Señor, nos capacita para recibir de Él su misericordia, sanación y salvación.
El libro del Éxodo nos narra cómo Moisés es escogido por Yahvé para ser su mensajero frente al Faraón para que dé libertad al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, porque el Faraón los tiene sometidos a largas jornadas de trabajo y en condiciones denigrantes del ser humano. Por eso el Pueblo de Israel una vez liberado de esta esclavitud cantará el Salmo 102 " El Señor es compasivo y misericordioso”.

San Pablo en la Carta a los corintios, advierte a los que se siente seguro por sus propios medios, pues intenta superar con su arrogancia el poder protector de Dios. La verdad es que con Dios estamos más seguro y sólo el nos puede guiar y proteger durante nuestra vida.


P. Chava, SVD
En el evangelio de Lucas, Jesús narra la parábola de la viña del Señor, para mostrar la misericordia que el Hijo del Hombre y Dios tiene por su pueblo. Porque desde el Antiguo Testamento la figura de la viña representa al pueblo, y es Dios el viñador. Jesús en varias parábolas usara esa imagen para mostrar el Reino de Dios y su justicia, como su preocupación por salvar a la viña, es decir al pueblo, salvar a pueblo de su pecado y de sus esterilidad en dar frutos de bondad, de fe, de caridad, de justicia, de paz, en fin.
En este tiempo de cuaresma, reflexionaremos sobres nuestras vidas y la misericordia de Dios por su pueblo. Es un tiempo de renovarnos y hacer de nuestras vidas la mejor versión de nosotros, es decir, como personas podemos corregir aquello que vemos que podemos cambiar: nuestras palabras, obras, pensamientos, entre otras cosas más. Dios nos capacita e invita al cambio, para que podamos alcanzar su perdón y su misericordia.  

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 


viernes, 19 de febrero de 2016

Dios se revela, 2º Cuaresma, Ciclo C

P. Chava, SVD
2º Cuaresma, Ciclo C
Génesis 15,5-12.17-18; Sal 26,1.7-8a.8b-9abc.13-14; Filipenses 3,17–4,1; Lucas 9,28b-36
21 de febrero de 2016

Dios se revela, es decir, se muestra; nos enseña su rosto y nos explica sus planes de salvación. La historia del hombre tiene un dilema fundamental: ¿qué camino seguir, a quién seguir en tiempos de crisis, en quién podemos confiar nuestras vidas?

En el libro del Génesis vemos la alianza del Señor con Abrán y su descendencia, usando un rito de sacrificio como signo visible de esta alianza. Salmo 26 “El Señor es mi luz y mi salvación”.

En la carta a las Filipenses, Pablo se pone como modelo de apóstol y seguimiento del Señor, porque para él y muchos otros cristianos la cruz de Cristo y su persona, son la salvación; llegar a la casa del Padre es la meta en la vida. Por lo contrario los que se fijan en esta vida solo en las cosas terrenales, su morada será la perdición.

P. Chava, SVD
En el evangelio de Lucas, vemos la transfiguración como la manifestación de Dios que hace para revelar la condición divina de Jesús, así como confirmar que es Jesús el que continua la tradición y confianza en la alianza, prometida de Dios con el pueblo de Israel; lo garantiza esta alianza es la presencia de dos personas: Elías que representa a los profetas y Moisés que representa a la ley de Dios.

El deseo de gobernar la vida propia y la de los demás está vinculado con el poder de gobernar. Durante nuestra existencia, nos desarrollamos con muchas dependencias, para poder vivir y sobrevivir como por ejemplo necesitamos un ámbito social como la familia, la escuela, la sociedad, la religión. Es el caso del pueblo de Israel y el nuevo pueblo de Dios que están íntimamente unidos a Dios para determinar la ruta a seguir durante su vida, porque desde que nacemos comprendemos que nacemos para un fin en esta vida, es decir para una misión, la pregunta es: ¿qué es lo que podemos hacer para Dios y su pueblo?

Recemos juntos a Dios Uno y Trino: Señor hágase tu voluntad sobre mí; dame sabiduría para descubrir tus caminos por donde quieres que yo pase; dame herramientas para poder vivir tu voluntad: prudencia, templanza, justicia, caridad, fortaleza, fe, esperanza y amor. Señor que mis actos, mis pensamientos y mis sentimientos sean para gloria tuya e instrumento de auxilio a tu pueblo. Señor déjame caminar a tu lado para no perderme en cosas que me apartan de Ti, te amo Señor, has de mí lo que quieras, déjame ser un instrumento de tu amor y misericordia frente a mis hermanos.

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 


sábado, 13 de febrero de 2016

Aprender a decir que no, 1º Cuaresma, Ciclo C

P. Chava, SVD
1º Cuaresma, Ciclo C
Deuteronomio 26,4-10; Salmo 90,1-2.10-11.12-13.14-15; Romanos 10,8-13; Lucas 4,1-13
Domingo, 14 de febrero de 2016

Aprender a decir que no, es la forma de formar carácter. Somos personas libres que estamos condicionados por nuestras circunstancias donde fuimos formados en una sociedad para un fin específico; pero en el momento en que tomamos conciencia de quienes somos: “hijos de Dios”, descubrimos que Dios nos invita a vivir la vida por amor, en amor y para el amor al prójimo, es decir, amar a la humanidad y todos nuestros pensamientos y acciones tienen que ir dirigidos a este fin.

P. Chava, SVD
En el libro de Deuteronomio, Moisés ordena al sacerdote ofrecer las primicias del pueblo para que Dios os bendiga; les hace recordar como Dios recata al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, y que hora incluso le da la tierra de los cananeos como la tierra prometida. Por eso el pueblo cantará el salmo 90 “Está conmigo, Señor, en la tribulación”.

En la carta  los Romanos San Pablo nos dice, que para salvarnos tenemos que dar testimonio de nuestra fe con nuestras palabras y con nuestras obras; todo los seres humanos tienen la misma garantía de salvarse, en la medida en que se encomiende a Jesús, que es su Señor, y por eso él los salvará.

P. Chava, SVD
En el evangelio según san Lucas, después de que Jesús fue bautizado, es llevado por el Espíritu Santo al desierto, (en forma de retiro), dónde hará oración y ayunará por 40 días con sus noches, como lo hacen los profetas y lo exegetas, que quieren disciplinar su mente, corazón y cuerpo, pero justo en el día cuarenta es cuando surge la tentación por parte del Diablo: le invita a renunciar a su fidelidad a Dios, y someterse al Diablo, a cambio de poder y riquezas; aun más lo tienta en su ego en mostrar su poder para cambiar las sustancia de las cosas, pues Jesús puede convertir la piedra en pan y también por su naturaleza divina no sufrirá ningún daño, que no lo permita Dios, pues para eso están su ángeles custodios, son sus argumentos del Diablo. Pero Jesús vence las tentaciones y al Diablo, conservando su fidelidad al Padre.

En el tiempo de cuaresma, nos toca reflexionar sobre nuestras vidas, es un tiempo de parar con nuestras actividades diarias para darnos cuenta del camino, y los pasos de nuestra historia, es decir, es un tiempo para darnos cuenta de nuestros aciertos y de nuestros fracasos como personas; es un tiempo para  remontarnos después de mirar nuestras caídas por causa de nuestros pecados y debilidades. Lo haremos imitando a Jesús que dijo no al pecado, no las tentaciones del mal.

Digamos juntos: Señor Jesús, soy un pecador, pero un pecador que quiere ser perdonado, y que quiere vivir como nueva creación; ser una persona renovada por tu Espíritu, para compartir la dignidad de ser también “hijo de Dios”; capaz de amar y perdonar; capaz de soñar y recrear la realidad de nuestro entorno, para se haga tu voluntad entre nosotros y así construir el Reino de Dios en la tierra. ¡Ven Señor Jesús y sálvanos!

P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España. 



domingo, 7 de febrero de 2016

El poder del líder, 4º Tiempo Ordinario, Ciclo C

P. Chava, SVD
4º Tiempo Ordinario, Ciclo C
Isaías 6,1-2a.3-8; Salmo 137; 1 Corintios 15,1-11; Lucas 5,1-11
7 de febrero de 2016 

El poder del líder reside en quien lo crea y a quien sirve; esto se ve reflejado en las lecturas de hoy: así Dios es quien llama a Isaías a ser un profeta en su pueblo; como a Pablo pasa de ser un perseguidor de cristianos a ser un apóstol de Jesucristo; en el evangelio vemos también como Jesús llama a un pescador para ser la piedra que sostendrá a su Iglesia. 

Isaías es purificado de sus labios, con un carbón ardiente, para proclamar la palabra de Dios a su pueblo perdido en el pecado; después de la purificación Isaías se ofrece así mismo para ser el profeta enviado por Dios. Salmo 137 “Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor”.

P. Chava,SVD
San Pablo después de su conversión, resarció el daño a la comunidad cristiana, pues pasó de ser un perseguidor a un pregonero del evangelio; pasó de dudar y destruir la fe cristiana a ser un sembrador de la fe en Dios en los corazones de los cristianos.

En el evangelio es Jesús quien escoge a Simón Pedro, para ser pescador de hombres. Nadie puede entender como este hombre con solo decir algo suceden las cosas; Jesús comienza el milagro de la abundancia, con cosas sencillas: sólo desea y ordena, y las cosas acontecen; hay una pesca milagrosa de peces y de hombres.

En un mundo donde el poder y el dinero pueden corromper, pues pareciera que es normal el mal, la corrupción, la violencia, la injusticia, es ahí donde Dios nos revela con su justicia, nos hace tomar conciencia que no se puede vivir en mundo así. Por eso los profetas, los cristianos y muchos más están llamados por Dios para restablecer un orden, con la implantación del Reino de Dios y su justicia.

Dios nos gobierna con rectitud, nos muestra el camino a seguir, nos revela su plan de salvación y para esto nos hace tomar conciencia de lo bueno y lo malo; y va más allá nos hace distinguir lo mejor entre lo bueno, y con esto hacemos prioridades en nuestra vida.



P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,   (Diócesis de Getafe),  Madrid, España.