P. Chava, SVD |
Miqueas 5,1-4; Salmo
79; Hebreos 10,5-10; Lucas 1,39-45
20 de Diciembre de
2015
Alégrate llena de gracia, la presencia de
Dios en nuestra historia comienza con acciones sencillas de cariño y amor,
cuando nos encontramos. El amor como la electricidad se transmite cuando hay un
buen conductor.
Miqueas es el profeta que predice el plan de Dios, que su decencia surgirá
en un pueblo unido al Rey David: “en Belén”, nacerá el nuevo pastor que guiará
al pueblo Dios para su destino, crear la gloria de Dios. Por eso el pueblo reza
el salmo 79 “Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve”.
En la carta a los Hebreos, nos explica de manera extraordinaria que
Jesús hizo la voluntad del Padre; Jesús se ofrece así mismo como víctima para
el sacrificio, y con su muerte espía los pecados de la humanidad, su muerte
suprime a todo sacrificio, por eso nos salvamos en Cristo: porque su nacimiento
y su muerte cambiará nuestras vidas para siempre.
P. Chava,SVD |
El valor de la vida ha venido a la baja,
cuando no se valora la vida del ser humano, pues muchas ocasiones tienen más valor
el dinero u otros intereses que la vida misma del ser humano. Por eso no debemos
olvidar: que si ¡existimos!, es porque nuestros padres o simplemente alguien confió
en nosotros, en que somos más valiosos que el mismo dinero, que no importando
cuanta incertidumbre nos pueda traer el futuro; siempre es bueno creer en Dios
que todo va a salir bien, confiemos pues en su voluntad y en su generosidad
para sacar adelante a tantas vidas que se conciben a diario, dando nuestro
apoyo a tantas mujeres y nuevos esposos; a tantos jóvenes que quieren ser
mayores y optan en ser padres.
María (embarazada) se puso en camino y fue
ayudar a su prima Isabel (que está embarazada) para acompañarla en este tiempo
tan especial, ambas darán a luz a un hijo, ambas tienen la dicha de ser
portadoras de vida, bendigamos a Dios por el don inestimable de la vida, que el
Señor bendiga y proteja a tantas madres en el mundo y que tienen esta gran
alegría, que pronto serán madres. También remos por tantos niños que serán la alegría
de sus familias. Como lo hizo Isabel: Bendita Virgen María (Lucas 1, 42-45), madre de nuestro Señor Jesucristo. ¡Bendita
tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! Dichosa tú que has
creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
P. Chava,SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino,
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe), Madrid, España.
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