P. Chava, SVD |
30º Tiempo Ordinario,
Ama a Dios y su creación
Éxodo 22,20-26; Salmo
17; 1 Tesalonicenses 1,5c-10; Mateo 22,34-40
Domingo, 26 de
octubre de 2014
Ama a Dios y su
creación, quien ama, sabe cuidar, sabe dar, sabe proteger, sabe valorar la vida,
y así cada uno puede añadir que entiende por amar. Si amamos nuestro origen,
podremos amar lo que somos y lo que seremos, como una semilla plantada una vez
que echa sus raíces no solo se puede querer una parte del árbol, sino a todo su
conjunto, así debemos amar a Dios porque es el origen y el creador de Todo, y
con ello es nuestro deber amar también a toda su creación, empezando por el ser
humano y continuando con la naturaleza.
El Señor dijo a Moisés, que
le diga a los israelitas en atender al extranjero, a las viudas, a los huérfanos,
y al pobre, no abusar de ellos pues sus ruegos y llantos serán escuchados y
Dios hará justicia en ellos pues el Señor es compasivo. Por eso el creyente
canta el salmo 17: Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
Pablo, reconoce que la
evangelización se logra por amor, por esfuerzo y alegría, frente las adversidades
de quienes ponen resistencia a la Palabra de Dios. Es el Espíritu Santo que
impulsa al misionero a proclamar el mensaje de salvación y son las personas de
mente abierta y de gran acogida quienes son capaces de recibir y valorar la
Buena Nueva; los tesalonicenses se convertirían en nuevos cristianos y en
modelo para los griegos de Macedonia y Acaya.
P. Chava, SVD |
Jesús, resume el A.T. de los
cristianos, es decir la ley y los profetas en dos citas bíblicas Dt 6,5 y Lv
19,18, amar a Dios y al prójimo. Lo original de Jesús es que une ambos
mandamientos como la esencia del amor. Quien ama a Dios, sabe que tiene que
amar al ser humano. Por esa norma de amor, el hombre no tiene porque destruir
al mismo hombre, sino al contrario tiene que cuidarlo.
Con la crisis global, hay
mucha pobreza, mucha violencia, mucha desigualdad, y con ello vamos perdiendo
la sensibilidad de lo humano, nos volvemos más agresivos porque obedecemos a
nuestro instinto de sobrevivencia, y muchas veces nos volvemos tan egoístas que
ya no nos importa el bien de los demás. Por eso es importante volver nuestra
mirada a nuestro creador, que nos hizo libres, somos su imagen, y nos puso en
este mundo maravilloso. Amar a Dios y a nuestro prójimo nos obliga a salir de
nuestro individualismo para salir a amar sin límites, sin miedos y prejuicios a
la humanidad y a toda la naturaleza.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de
la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe), Madrid, España.
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