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P. Chava, SVD: el bautismo es el sacramento que nos une
a Jesús y a la Iglesia para toda la vida. |
4º DOMINGO
DEL TIEMPO ORDINARIO ciclo A
2 de
febrero de 2014
Malaquías 3,1-4; Salmo 23; Hebreos 2,14-18; Lucas 2,22-40
Consagración es una palabra
muy significativa para el ser humano, pues acerca lo humano con lo divino y en muchas ocasiones convierte lo
simple en extraordinario. Las lecturas
nos hablan de consagración y del ritual con que se consagra el hombre hacia
Dios, es decir, une lo humano a lo divino y ya no hay modo de sepáralos.
Malaquías, es de los últimos profetas del Antiguo Testamento que
nos recuerda la venida del Mesías, él es
de los mensajeros que Dios escoge para ir preparando la venida del salvador que
purificará y expiará los pecados del pueblo. Nadie podrá resistir su grandeza
y él traerá la unidad de culto, todo se hará como le agrada a Dios. Por eso en salmos como el 23 resaltan la gloria y la grandeza
de Dios.
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P. Chava, SVD |
Hebreos, en esta carta se nos enfatiza el sacerdocio
de Jesús, con su muerte nos liberó del miedo
a la muerte, Él sufrió para unirse al sufrimiento de la humanidad y así ser nuestro
hermano, como sacerdote Jesús expía los pecados del Pueblo, lo hace por amor a
Dios y a la humanidad.
Lucas, en evangelio nos narra la presentación de Jesús en el Templo por parte de
sus padres, es presentado para cumplir la ley de Moisés, para purificación a la
madre (María) y para circuncisión del niño (Lv 12, 1-3), como ofrenda a Dios ofrecieron
un par de tórtolas o dos pichones. Simeón, inspirado por el Espíritu Santo, reconoce
al Mesías y toma en brazos a Jesús y dice un oráculo: “el niño será luz
para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”; la profetisa Ana daba
gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de
Jerusalén.
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P. Chava, SVD, con sus hermanos de Congregación, en Lisboa, Portugal. |
Como religioso me consagré a Dios para el servicio de
su pueblo, y todo católico también es consagrado a Dios por medio de los
sacramentos el primero que nos une a
Cristo es el bautismo. Así hay infinidad de ritos y tradiciones que unen lo
humano con lo divino. Como cristianos descubrimos el inmenso amor de Dios, que
nos tiene, pues en todo momento piensa en nosotros, Dios nos ama tanto que
permanece con nosotros toda la vida, por eso disfrutemos su presencia entre
nosotros. Recemos juntos, Dios te consagro mi vida, mi ser, mi existencia,
mi trabajo y todo cuanto tengo, lo pongo a tu servicio, para ser instrumento de
amor y salvación de la humanidad.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino
Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón,
(Diócesis de Getafe), Madrid,
España.
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