23º Tiempo Ordinario, Ciclo B
Isaías 35, 4-7ª; Salmo 145; Santiago 2, 1-5; Marcos 7,
31-37
8 de septiembre de 2024
El
Señor dará su auxilio, en un mundo donde se destruye los bienes naturales, hay
guerras, hambre, etc. donde el más fuerte en poder económico dicta las leyes.
Como creyentes deseamos: ¡Qué Dios, nos liberé del mal que produce el ser
humano!
Isaías, dice a los cobardes de corazón que sean
fuertes y que ya no teman, pues el mismo Señor los salvará y Él reparará los
daños. Pone como señal: lo que era imposible, se hará realidad; donde había
sequía, surgirá el agua; donde había un daño físico, se restaurará como, por
ejemplo: el ciego verá, el mudo hablará, el sordo oirá, y hasta el cojo
brincará.
P. Chava, SVD |
Santiago, dice que no hay que vivir la liturgia con
distinciones humanas, donde tratamos bien a las personas por su apariencia,
poder y opulencia, en vez de eso hay que tratarlas con generosidad incluso a
los que no tienen nada que dar, es más dice que: ¡los pobres!, son los
privilegiados del Señor; ellos serán pobres en muchas cosas, pero Dios los
sacará de su pobreza para hacerlos ricos en la fe y ellos serán los herederos
del Reino de los Cielos, y a todos los que aman a Dios.
Jesús pasó por el Territorio de Tiro, en Sidón, camino hacia el lago de
Galilea, atravesando la Decápolis, ahí obraría un gran milagro: “hacer oír y
hablar a un sordo mudo”, cumpliendo la promesa de Dios, el poderoso símbolo de
liberar al pueblo de Israel, lo habíamos oído en Isaías, el Señor da vida,
salud y libertad, hay que creer en su misericordia y en su presencia en medio
de su pueblo. Así como vemos que Jesús va evangelizando fuera de los
territorios judíos. Jesús nos libera, es cuestión de tener fe en Él.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD. Es
Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen,
Diócesis Sevilla, España.
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