3º de Cuaresma, Ciclo B
Éxodo 20,1-17; Salmo 18; 1 Corintios 1,22-25; Juan 2,13-25
3 de marzo de 2024
Estamos cerca de Semana Santa, la
lecturas de hoy nos hablan de la muerte en la cruz, y porque en Jesús tendrá que
cuidarse, porque defendió la casa de Dios, ante su antónimo el poder la riqueza
oculta en el comercio.
En la lectura del Éxodo nos recuerda que Dios le dio las tablas de la ley a Moisés: “los diez mandamientos”, que será la columna vertebral de la religión del judaísmo y sobre todo de las religiones monoteístas entre ellas el cristianismo. Salmo 18: “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”.
En la segunda lectura Pablo
nos habla que para muchos la muerte de Jesús en la cruz es incomprensible: para
los judíos es un escándalo y para los demás es cuestión de necios. En la
teología de Pablo el crucificado es el resultado de la sabiduría de Dios, pero
para muchos no alcanzan, como es posible que Jesús muera en la cruz siendo él,
el Mesías y el Hijo de Dios. ¿Por qué Dios lo permitió? La respuesta es por
amor a la humanidad y obediencia a Dios. Por lo tanto, no olvidemos que la cruz
es el paradigma del cristiano.
En el Evangelio de Juan nos muestra
el celo de Jesús por defender la dignidad de la casa de Dios por encima del
valor económico y comercial que puede llegar a convertirse la religión cuando
es mal interpretada y manipulada, por la codicia de los hombres. ¡Para Dios la
parte interna supera la externa! Por eso importante comprender la voluntad de
Dios y ponerla en práctica. Este relato, también nos anticipa lo que va a pasar
con Jesús después de su muerte en la cruz, va a resucitar: los discípulos
comprendieron esto más tarde. Cuando decía destruir el templo y levantarlo en
tres días, se refería a Jesús que resucitaría al tercer día.
El templo es el espacio
físico donde nos encontramos con Dios y con nuestros hermanos en comunidad,
donde pasamos el tiempo en comunidad e interactuamos juntos para ir
descubriendo lo que Dios nos dice en su palabra con la liturgia, la Biblia, las
reuniones de comunidad y que juntos construiremos el Reino de Dios según
nuestra vocación y con todo lo que Dios nos da: carismas, dones, talentos, para
que nuestras acciones pastorales y vida en la misión demos gloria a Dios con
los frutos que demos de palabra y de obra.
En la lectura del Éxodo nos recuerda que Dios le dio las tablas de la ley a Moisés: “los diez mandamientos”, que será la columna vertebral de la religión del judaísmo y sobre todo de las religiones monoteístas entre ellas el cristianismo. Salmo 18: “Señor, tú tienes palabras de vida eterna”.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD. Misionero del Verbo Divino. Párroco de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, Diócesis Sevilla, España.
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