P. Chava, SVD |
En la primera lectura David muestra su misericordia y su consideración de no matar al ungido del Señor. Inclusive cuando es Saúl quien busca a David con tres mil hombres para matarlo. En una noche David tuvo la oportunidad de matar al Rey Saúl mientras dormía, pero no lo hizo. Él tomo su lanza como prueba de que el Rey es vulnerable, y que David fue misericordioso al perdonar la vida del Rey Saúl.
En la segunda
lectura san Pablo hace una comparación entre Adán y Jesús, (el segundo Adán),
el primero es de carne como todos nosotros, y el segundo Adán es divino y es
espiritual, porque es Jesucristo, de quien habla. Porque él es Dios e Hijo de
Dios al unirnos a Jesús participaremos de ambas vidas, la terrenal como la celestial.
Por eso el ser humano pasa por las dos fases, por la carne y por el espíritu.P. Chava, SVD
En el Evangelio, Jesús da unas normas de conducta tanto de ética y como de moral, es decir, tanto en forma de pensar y como en la forma de actuar con los demás. De manera especial con los que nos odian, nos hacen el mal, es decir, de nuestros enemigos. Tenemos que tratarlos desde el amor y no de la venganza y del odio. Hoy en día, pareciera imposible, amar a la persona nos hirió o lastimó. Pero la forma de vencer al mal sólo se puede hacer desde el perdón y del amor, como nos dijó Jesús.
El perdón y el
amor es un acto divino, pero también es muy humano y de grandes personas quien
lo llegan a vivir y asumir en sus vidas. Jesús nos exhorta a que amemos de
verdad, que amemos inclusive hasta las personas que nos han hecho el mal y nos
odian. Jesús nos invita a construir el Reino de Dios que se hace presente en
cristianos que aman de verdad, basados en el amor y el perdón.P. Chava, SVD
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Verbo Divino, Diócesis de Getafe, Leganés, Madrid, España.
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