15º Tiempo
Ordinario, Ciclo-B
Amós 7,12-15;
Salmo 84; Efesios 1,3-14; Marcos 6,7-13
11 de julio de 2021
P. Chava, SVD |
La llamada
vocacional que Dios hace sus elegidos, se hace con plena libertad de cada
persona que es convocada, pues en todo momento tiene la capacidad de responder “con
un sí o con un no”, a tal llamado del Señor. Por otro lado, no hay que tener
miedo a la llamada Dios, pues Él capacita a todos sus elegidos, porque el poder
de Dios está presente incluso en la debilidad y fragilidad del ser humano. Porque
Dios es quien toma la iniciativa, es quien escoge y decide con quien quiere
gobernar, organizar, acompañar a su pueblo, de forma libre y espontanea.
En la primera
lectura, el profeta Amós, se definió como el verdadero profeta, frente a los
falsos profetas de aquella época (porque ellos eran patrocinados por las elites
de poder). Fue Dios quien llamó a Amos, él apenas era un pastor y cultivador de
higos, y sin embargo el Señor, lo pone como su profeta en medio del pueblo de
Israel. Amós es ya amonestado por predicar la Palabra de Dios, en el Templo, en
protesta argumenta que su vocación es auténtica como profeta.
En la segunda
lectura san Pablo, explica que somos hijos de Dios por mediación de Jesús,
al unirnos a él y a su mensaje de salvación nos incorporamos en el plan
salvífico de Dios para toda su creación, de Dios venimos a Él iremos, y es
Jesús el que recapitulara todo, por eso debemos unirnos a Él. P. Chava, SVD
En el evangelio Jesús, como
maestro confía en sus discípulos para que pongan práctica lo aprendido, y
comiencen hacer visible el Reino de Dios, sembrando la palabra de Dios, sus
discípulos tenían que depender solo de Dios, y de la acogida de la palabra por
parte de los pueblos evangelizados. Por eso Jesús les da unas condiciones:
tienen que ir con lo mínimo, nunca acumular, y si depender de la gracia y
providencia de Dios, para que sea el Señor mismo quien haga el trabajo en medio
del pueblo de Dios, por eso los discípulos en nombre de Jesús y de Dios pueden
predicar, sanar a los enfermos y expulsar el mal, con el poder de Dios.
La palabra vocación, significa llamada, por eso
los fieles creemos firmemente que la vocación viene de Dios, pues es Dios quien
llama a sus elegidos, es Dios quien acompaña a su pueblo con sus profetas, sus
ministros, sus catequistas, sus laicos, etc.; es Dios quien nos da la vocación
y la misión que debemos cumplir según su voluntad, ya sea en nuestra tierra de
origen (patria) o fuera de ella e inclusive muy lejos (en el extranjero);
Es Dios quien capacita a su gente para que dé testimonio de palabra y obra;
es Dios quien capacita a sus misioneros para evangelizar y los protege de todo
mal; es Dios quien da autoridad para bendecir y santificar al pueblo por medio
de sus elegidos.P. Chava, SVD
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum de las unidades pastorales en Villatuerta, Oteiza, Noveleta, Grocín y Murillo, en Navarra, Diócesis de Pamplona.
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