33º del Tiempo
Ordinario, Ciclo A
Proverbios
31,10-13.19-20.30-31; Salmo 127; Tesalonicenses 5,1-6; Mateo 25,14-30
15
de noviembre de 2020
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P. Chava, SVD |
Somos lo que hacemos,
puesto nuestro trabajo es una extensión de nuestro ser, es un reflejo de
nuestro carácter, inteligencia, cualidades y talentos. Estamos constantemente
estimulados por nuestro entorno y nuestras ganas de vivir nuestra existencia de
forma intensa o simple.
En la primera lectura
se exalta la figura femenina que es hacendosa y que es difícil de hallar, pero
quien la encuentra y se casa con ella será el hombre más rico y feliz, pues le
traerá riquezas por su inteligencia y por la obra de sus manos; ella será una
buena consejera y administradora del hogar; ella tiene un corazón tierno y
compasivo que sabe ayudar a quien lo más necesita; con todo ello ella, es un
mujer autosuficiente, moderna, emprendedora, responsable, su belleza la lleva
en su inteligencia y en su buen corazón, pues sabe que una mejer no es un artículo
de lujo o accesorio de una casa, como muchas modelos que se les estima más por
su belleza externa, y en el momento que pierden esa belleza dejan de ser
admiradas y valiosas. Esta mujer del relato bíblico, es valiosa en si misma, su
vida está llena de bendiciones y de alabanzas hacia Dios.
San Pablo nos dice en
la segunda lectura: que estemos preparados porque no sabemos ni el día ni la
hora, que vendrá el ladrón (en algunos casos: “nuestra propia muerte”), tampoco
sabemos cuándo vendrá de nuevo Jesús, por eso hay que estar vigilantes y
atentos, para la llegada del Señor (o encuentro con Jesús) porque somos hijos
de la luz. La alegría de la llegada de Jesús en nuestras vidas, no se tiene que
apagar, con la larga espera.
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P. Chava, SVD |
En el evangelio según
san Mateo, es narrado una parábola por Jesús con una lección de vida: un Señor
poderoso dejo ocho talentos a tres de sus servidores de confianza, cada uno
recibió conforme a su capacidad de administrar los bienes, repartió a uno cinco
a otro dos y al último uno; al regreso su Señor les pidió cuentas de su
administración de los talentos: los dos primeros produjeron el doble de lo que
recibieron, pero el último a pesar de que solo se le confió un talento,
prefirió no tener riesgos y lo
enterró su único talento (un talento es igual a seis mil salarios mínimos de aquella época) y
no produjo nada; su Señor cuando le pidió cuentas se molestó por la pereza y
negligencia de este servidor (miedo y torpeza se unieron), por ese motivo es
expulsado de su presencia hacia las tinieblas donde será el sufrimiento para
siempre.
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P. Chava, SVD |
Cada
uno es dueño de sí mismo, de su vida, por tanto, es responsable de su vida, y
más aún cuando tiene conciencia de su “ser y estar “en este mundo, de la misión
y motivaciones que lo impulsan a actuar en el mundo. “Somos nosotros y nuestras
circunstancias”, ciertamente no todos tenemos el ambiente sano y los recursos
necesarios para vivir y sobresalir en este mundo, pero mismo así, cada persona
que tiene el privilegio de estar en el mundo y ser ella misma, es decir, sentirse
una persona viva tiene la gran responsabilidad de producir y generar más vida
con todo su ser, su inteligencia, su modo de vivir y estar en el mundo. Esta persona
sólo produce cuando es consciente de esta realidad y cuando está unida a Dios
para potenciar sus talentos.
P.
Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum de
las unidades pastorales en Villatuerta, Oteiza, Noveleta, Grocín y Murillo, en
Navarra, Diócesis de Pamplona, España.
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