1 Reyes 3,5.7-12; Salmo 118; Romanos 8, 28-30; Mateo 13, 44-52
26 de Julio de 2020
P. Chava, SVD |
En la primera lectura Salomón en sus sueños habla con Dios, le pide ayuda
al Señor, pues es un joven que ha subido al gobierno, será el nuevo rey de
Israel. Él se siente inexperto para gobernar un pueblo inmenso y que le pertenece
a Dios. Salomón, le pide que le conceda:
“un corazón atento para juzgar a tu pueblo Señor y sabiduría para discernir
entre el bien y el mal”. Dios le concedió “un corazón sabio para escuchar e
inteligente para obrar”. Por eso glorifiquemos al Señor con el salmo 118:
“¡Cuánto amo tu ley, Señor!”.
P. Chava, SVD |
En el evangelio, Jesús, nos habla con tres parábolas sobre el Reino de
Dios, y pone de manifiesto los valores de este mundo en comparación los de
Dios. Y son las siguientes: el tesoro escondido en el campo; la
perla más preciosa; la red que coge peces en el mar y concluye con una alegoría
de quien recibe el Reino de Cielos es como Rabino, a un padre familia que saca
de su tesoro lo nuevo y lo antiguo, para su familia. Vemos en estás parábolas
que para conseguir el Reino de Dios hay encontrarlo primero en la persona de
Cristo y en su comunidad de fe; que para poder obtenerlo implica desprendimiento
de muchas cosas que hasta ahora eran valiosas para notros, pero que el Reino de
Dios, bien vale la pena pagar el precio, dejarlo todo por el Reino de Dios.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del
Verbo Divino, Párroco in solidum de las unidades pastorales en Villatuerta,
Oteiza, Noveleta, Grocin y Murillo, en Navarra, Diócesis de Pamplona, España.
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