Isaías 66,10-14c; Salmo 65; Gálatas 6,14-18; Lucas 10,1-12.17-20
Domingo, 7 de julio de 2019
Domingo, 7 de julio de 2019
P. Chava, SVD |
Dios nos envía a
construir el Reino de Dios desde la fragilidad del ser humano, porque en este
mundo inmenso y maravilloso, hace falta hacer visible la presencia del Reino de
Dios; para que se haga visible el amor de Dios, su justicia y su paz entre los
hombres.
En el libro de
Isaías estamos en el culmen de la historia del Pueblo de Israel, ya término la
esclavitud en Babilonia, y Dios con su brazo fuerte los regresa a Jerusalén,
pero ahora tienen que comenzar de nuevo, todo está destruido, el Templo, la
moral, las tradiciones, en fin tienen que comenzar de nuevo y es ahí donde el
profeta Isaías en el nombre de Yavé, les devuelve la esperanza de restauración
Jerusalén, con la ayuda de la providencia de Dios, que hará de Israel un pueblo
importante para el mundo y lo hará crecer en la abundancia hasta saciarse.
P. Chava, SVD |
San Pablo va
insistir en la nueva humanidad; el ser humano tiene que incorporarse a Cristo
para poder salvarse, porque ya no serán tanto las formas y las tradiciones las
que salvan sino la gracia de Dios es lo que de verdad salvará al mismo hombre
de sus pecados y de su autodestrucción. Por eso insiste san Pablo en estar
unidos a Jesús, porque Él es nuestro salvador.
En el evangelio
según san Lucas es Jesús quien envía a 72 de sus discípulos y los manda a
predicar en las aldeas y pueblos de alrededor de 2 en 2, para sembrar la
palabra de Dios en los corazones de los hombres, anunciando la eminente llega
del Reino de Dios, así como otorgar la paz en las casas y curar a los enfermos.
Los misioneros son enviados a evangelizar sin nada material, más que con lo
mínimo necesario, están dependientes totalmente de la providencia de Dios y a
la generosidad de los habitantes de las casas en las que se alojan. Ellos harán
milagros en el nombre de Jesús, incluso hasta expulsar demonios; por eso la
Gloria de Dios ha llegado a la tierra porque hasta el mismo Satanás caerá ante
la presencia de Dios en sus misioneros, porque el bien superará siempre al mal
y Dios está por encima del mal.
Dios protege a su
pueblo de la maldad que genera el mismo hombre, por eso quiere enviar a seres
humanos comprometidos para que hablen y construyan el Reino de Dios; personas
entregadas para ayudar en la evangelización; entregadas al servicio del
prójimo, para sembrar en los corazones de los hombres la paz, el perdón, la
justicia y el amor que vienen de Dios. Jesús es quien nos llama a
seguirle, para aprender: “de sus palabras de vida eterna” para luego, vivirlas
en nuestra gran comunidad y familia que es la Iglesia y en el mundo que es
nuestro hogar.
P. Chava, SVD |
P. Chava,
SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de
Altagracia, Diócesis de Madrid, España.
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