Daniel 7,13-14; Salmo 92; Apocalipsis 1,5-8; Juan 18,33b-37
25 de noviembre de 2018
P. Chava, SVD |
Jesús nos invita a confiar en Dios, es más a desear que el Señor nos gobierne, por eso en la oración del Padre nuestro decimos: “venga a nosotros tu Reino”. Por eso en las enseñanzas bíblicas se afirma que al final de los tiempos, comenzará un nuevo gobierno y una nueva forma de vivir, porque Jesús vendrá con toda la autoridad para gobernar el mundo.
En el
libro de Daniel, aparece un título que usará Jesús en su predicación es el “hijo
de hombre”, el simbolismo es muy fuerte. El Señor al usar ese nombre como
propio, nos anuncia la llegada eminente del Reino de Dios, y que este Reino “está
ya pero todavía no está del todo completo”. Recemos juntos el salmo 92: “El Señor reina, vestido de majestad”.
En
Apocalipsis Jesús es ensalzado con títulos de grandeza: el príncipe de los
reyes de este mundo; el alfa y la omega, el principio y el fin de la humanidad;
con él llego la salvación y purificación de la humanidad, convirtiendo a la humanidad
en un pueblo sacerdotal al servicio de Dios.
P. Chava, SVD |
En el
evangelio Jesús nos revela que también es Rey, y que su Reino no es de este
mundo, el viene a traernos la verdad y todo el que escucha la verdad seguirá a
Jesús. Por eso los cristianos nos unimos a este proyecto del Reino.
¡Viva Cristo
Rey!, que venga a nosotros el Reino de Dios. Que la parusía, el final de los
tiempos, es una promesa escatológica, donde de nuevo vendrá Jesús lleno de
gloria y poder. Pero antes tenemos que hacer lo posible para que el Reino de
Dios exista desde ya en nuestros tiempos y en nuestras circunstancias.
P. Chava, SVD |
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