Números 11,25-29; Salmo 18; Santiago 5,1-6; Marcos 9,38-43.45.47-48
Domingo, 30 de septiembre de 2018
P. Chava, SVD |
Dios es uno y quiere que sus hijos seamos uno en Él, es decir, en un trabajo en conjunto para sanar y dar amor a la humanidad en su nombre.
Moisés, aprueba la profecía de Eldad y Medad, porque ellos también fueron ungidos por Dios, aunque no estuvieron en la tienda del Señor y tampoco pertenecieran al grupo de Moisés, sin embargo profetizaban al pueblo para hablarles de Dios. Dios llama a sus elegidos, por tanto, la elección es divina y no humana, para profetizar. Por eso el creyente dirá el salmo 18 “Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón”.
P. Chava, SVD |
Jesús educa a sus discípulos a no ser envidiosos y si a trabajar en equipo, en grupo o en comunidad aunque el otro no pertenezca al mismo grupo. Les advierte la necesidad de cuidar a los pequeños y no ser causa de escándalo, evitando el pecado.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España
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