Daniel 7, 9-10.13-14; Salmo 96; 2 Pedro 1,16-19; Mateo
17, 1-9
6 de agosto de 2017
P. Chava, SVD |
En la primera
lectura Daniel tiene una visión apocalíptica: él mira como Dios corona al Hijo
de Hombre y le da todo poder en el cielo como en la tierra; y su reino no
tendrá fin. El salmo 96: “El Señor reina alégrese la tierra”.
P. Chava, SVD |
En el
evangelio, en la montaña, Jesús se transfigura frente sus discípulos: Pedro,
Juan y Santiago, ellos no pueden creer lo que ven: “Jesús brilla intensamente y
aparece a su lado Elías y Moisés”, al mismo tiempo se escucha una voz: “Este es
mi Hijo muy amado, escúchenlo”.
P. Chava, SVD |
Todo esto es
una teofanía o manifestación de Dios para revelación de la identidad de Jesús y
su misión en este mundo, pero solo puede ser revelada después de que todo
suceda, es decir, después de la pasión, la muerte y resurrección de Jesús: por
eso “en el kerigma” dirigido a las primeras comunidades, llegaron a afirmar con
fe y con verdad, los primeros cristianos: que Jesús es el Hijo de Dios, y su
mensaje de salvación es el anuncio de la llegada del Reino de Dios que tenemos
que poner en práctica con nuestras vidas.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis
de Madrid, España.
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