20°
Tiempo Ordinario, Ciclo A
Isaías 56,1.6-7; Salmo 66; Romanos 11,13-15.29-32;
Mateo 15,21-28
Domingo,
20 de agosto de 2017
P. Chava, SVD |
¿Qué
hago por ti Señor? Habla Señor que tu siervo escucha, estoy dispuesto a todo
para gloria tuya.
En el libro de Isaías, Dios da algunas
recomendaciones litúrgicas, de alianza y de guardar el derecho es decir sus
mandamientos: “Sobre como tienen que vivir ahora que están de vuelta en
Jerusalén después de un gran periodo en el exilio”.
P. Chava, SVD |
San Pablo en la carta a los Romanos nos habla de revelación de Dios y la rebeldía de los hombres alejados de la fe. Pues quien presume de no conocer a Dios y vivir conforme a sus normas alcanzará misericordia, pero los rebeldes por opción, es decir, los que mismo sabiendo distinguir lo bueno de lo malo; lo que es grato a Dios y el pecado; se condenan así mismos por no optar por Dios y su misericordia, por eso Pablo quiere dar testimonio de palabra y de obra, porque quiere salvar al pueblo, para que por lo menos algunos alcancen la misericordia de Dios.
En el
evangelio Jesús dice: “Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas”.
Esto es porque ella a pesar de no ser judía y de recibir la negativa de Jesús
para curar a su hija, ella la mujer cananea le dice a Jesús: “Tienes razón,
Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los
amos”. Estas palabras conmueven a Jesús y “lo convierte”, descubre que no vino
solo a salvar al pueblo de Israel sino a la humidad entera, sin importar su
procedencia y clase social, como todas sus circunstancias. Solo basta que
tengan fe.
P. Chava, SVD |
En el
devenir de la vida; la vida va sufriendo muchas transformaciones, algunas son
tan vitales como la vida misma. La fe, la religión y sus consecuencias es parte
integrante de la vida del ser humano, que no puede dejarse al: “hay se va”,
sino con la misma seriedad de la vida, tenemos que definir nuestro papel en la
historia en la construcción del Reino de Dios para hacer posible que se haga su
voluntad entre nosotros: soñar con un mundo donde nos amemos, respetemos, nos
ayudemos y aceptemos tal y como somos para mantenernos unidos en el Señor.
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis
de Madrid, España.
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