Isaías 55,10-11; Salmo 64; Romanos 8,18-23; Mateo 13,1-23
Domingo, 16 de julio de 2017
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD |
En la primera
lectura el profeta Isaías, hace el oráculo del Señor, diciendo que toda
palabra de Dios sale de su boca y no vuelve a Dios sin antes dar fruto como
pasa con la lluvia, que después de empapar la tierra no se evapora sin antes
fertilizar el medio ambiente, es decir, generar vida. Lo mismo es la palabra de
Dios, cuando entre en contacto con las personas, fertiliza el corazón y la
mente del ser humano, les hace cambiar su manera de ser, de pensar y de sentir,
como crear sentimientos de amor, perdón, justicia y paz; en definitiva el Reino
de Dios comienza a expandirse en el mundo. Salmo 64: “La
semilla cayó en tierra buena y dio fruto”.
P. Chava, SVD |
En el evangelio de Mateo, el mensaje es muy claro, el
sembrador sale a sembrar, pero no toda la semilla da fruto, porque mucha
semilla se perdió, por causa de la mala tierra y las circunstancias del lugar.
Desgraciadamente el mensaje de Dios llega a la gente pero no todas las personas
están atentas para escuchar el mensaje de Dios, y vivirlo, por lo mismo no da
fruto, pero la gente sencilla y humilde de corazón ven a Dios y ellos dan fruto
con acciones que dan amor, perdón, justicia, paz, y todo cuanto da felicidad y
vida.
Dios creó el mundo con solo pronunciarlo, y lo hizo
todo bien; todos los días nos sigue anunciando su buena noticia, estemos
atentos para escuchar su voz, en la Biblia, en la comunidad eclesial, en la
oración en la eucarística, en la caridad hacia nuestros hermanos, en nuestras
vidas diarias a la hora de expresar lo que entienden el evangelio. El Reino de
Dios se hace presente en cada cristiano que vive la fe y la pone en práctica, dando
frutos como pueden ser de amor, paz y justicia. Por tanto, dejémonos tocar por
la palabra de Dios y que ella crezca en nuestra mente y en nuestro corazón,
para cumplir los planes de Dios en nuestra vida.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo
Divino, Vicario de la Parroquia Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de
Madrid, España.
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