Hechos de los apóstoles 2,42-47; Salmo 117; 1 Pedro 1,3-9; Juan 20,19-31
Domingo, 23 de abril de 2017
P. Chava, SVD |
En la primera lectura descubrimos el perfil de las
primeras comunidades cristianas, se reunían en las casas para orar y para
partir el pan con los miembros de la comunidad y recordar a Jesús y su mensaje;
como también ellos repartieran todos sus bienes según sus necesidades. Alababan
a Dios con alegría y de todo corazón, por eso se sumaban a cada día más
seguidores de Cristo en las comunidades. Salmo 117 “Dad
gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia”.
En la segunda lectura San Pedro resalta la intercesión
de Dios para salvar y resucitar a Jesús de entre los muertos, al hacerlo nos
unió a Jesús en su muerte y en su resurrección, nosotros amamos a Jesús sin
verlo, sin tocarlo, creemos en él con una fe ciega, sin importa pruebas
físicas. Nos alegramos pues Dios es nuestra alegría y nuestro jubilo. Lo más
real que tenemos de Jesús con la ayuda de la gracia de Dios es la eucaristía y
nuestro prójimo.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD |
El evangelio según san Juan nos narra el milagro de la
resurrección de Jesús, de forma desconcertante, pues no todos creen en que
Jesús allá resucitado. Los que creen ellos pueden ver más allá de los cinco sentidos;
todos ellos se alegran de esta gran noticia, Jesús ha vencido a la muerte, y sólo
algunos reciben al Espíritu Santo de forma directa, para luego transmitirla a
la siguientes generaciones de cristianos. Esta unción de paz y de Espíritu es
lo que dará legitimidad a la Tradición Apostólica para transmitir al mismo Espíritu
Santo y que obre así en los sacramentos de la Iglesia con la ayuda de sus
ministros consagrados. Sin embargo nadie está obligado a creer como Tomás que duda,
pero después de comprobar que Jesús está vivo, que ha resucitado, él cree. Añade
Jesús, dichosos los que creen sin ver y sin tocar, con solo creer basta.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino, Vicario de la Parroquia
Nuestra Señora de Altagracia, Diócesis de Madrid, España.
P. Chava, SVD |
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