P. Chava, SVD |
Eclesiástico 3,2-6.12-14; Salmo 127; Colosenses 3,12-21; Lucas 2,22-40
Domingo, 28 de diciembre de 2014
P. Chava, SVD |
Eclesiástico, nos da el consejo de horrar al Padre y a la
Madre, pues ellos con su experiencia y amor nos dan vida; pero por ley de vida
algún día sus fuerzas y habilidades se verán reducidas, ahí está la oportunidad
de los hijos en devolver el cariño y el amor que recibieron de sus padres y de las
personas que los educaron y dieron, en su tiempo, cuanto ellos necesitaban. Dios
pide a los hijos que respeten y horren a sus padres con dignidad. Por eso como
dice el salmo 127 “Dichosos los que
temen al Señor y siguen sus caminos”.
Pablo, exhorta a la comunidad a vivir en paz y en
armonía, por medio del perdón y la misericordia y con muchos otros valores
cristianos como la bondad, la humildad, la dulzura, la comprensión, pero sobre
todo que vivan con amor los unos a los otros. En aquella época el padre como
cabeza de familia tenía que respetar y hacerse respetar, la madre como los
hijos unidos al padre formaban un hogar con derechos y obligaciones.
Jesús, es purificado como marca la ley de Dios,
también es la ocasión para Simeón y Ana, para conocer al Mesías y para
profetizar sobre él y su madre. Con todo esto vemos como Jesús es el Emanuel
(el Dios con nosotros), es el consuelo y la esperanza para un pueblo que vive
la invasión de los Romanos, es la posibilidad de entender que la fe de la
familia, será la impronta de liberación y consumación de la revelación de Dios.
Ya no son profecías es realidad: ¡el Mesías esta aquí!, el Reino de Dios está
llegando, en un marco familiar.
P. Chava, SVD |
La religión cristiana católica
tiene como núcleo y fuente de la propagación de la fe a la
misma familia cristiana, pues ella es Iglesia domestica: en ella nace, crece y se desarrolla la
fe que vivirá cada cristiano educado por sus padres y familiares que quieren
que sus descendientes y parientes cercanos vivan unidos a Cristo y su Iglesia.
Las lecturas nos muestran la gratificación de vivir en una familia que profesa
su fe, pues en ella existirá el amor, la esperanza, la paz, la justicia de Dios
y una infinidad de valores que les dará una identidad y un carácter frente a la
humanidad y el mundo, no somos quizás iguales a la mayoría de las familias pero
somos una familia cristiana, que inserta en el mundo, influye en él, para el
bien común, es decir para construcción del Reino de Dios en la Tierra.
P. Chava, SVD |
P. Chava, SVD, Misionero del Verbo Divino, Vicario de
la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe), Madrid, España.
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