8º
Domingo del Tiempo Ordinario
Isaías 49,14-15;
Salmo 61; 1 Corintios 4,1-5; Mateo 6,24-34
Confía en Dios, confiad en su misericordia, confía en la providencia de Dios. Quien confía en el Señor, no será defraudado. En varios momentos de mi vida Dios, se compadeció de mí, Él me ayudo. Veo con ojos de fe que a mucha gente, Dios sigue ayudando en sus vidas. Las lecturas nos hacen ver la necesidad de confiar en Dios.
Isaías, nos hace oír los sentimientos de Dios, que Él ama a su pueblo y a todo el género
humano como una madre, inclusive más que una madre, pues aunque una madre
llegará a dejar de amar a su hijo Dios jamás lo hará, es un reclamo de amor y
de incondicionalidad entre Dios y el pueblo. Como dice el salmo 61, Descansa sólo en Señor, alma mía, así será mi
confianza y mi amor hacia Él, como Dios
ama a cada uno de sus hijos.
Pablo, nos exhorta a ser sólo servidores de
Cristo y administradores de los ministerios de Dios, fieles al Señor con la conciencia
tranquila de sólo agradar a Dios. El reconocerá los meritos
de cada uno, los hará brillar para hacer notar los designios del corazón en
medio de la oscuridad y la maldad que los cubría e impedía hacerlo.
P. Chava, SVD en frente de la Catedral de San Pablo, Brasil |
Jesús, dice a sus seguidores “buscad el Reino de
Dios y su justicia; lo demás se nos dará por añadidura”. ¡Qué no,
nos angustiemos por lo que vamos a comer, vestir y cualquier otro problema que
tengamos!; ¡Qué no, nos saturemos con tantos problemas que pueden surgir en la
vida!; ¡Qué vivamos nuestro presente, porque para vivir bien cada día, basta concentrarnos
en cada problema, uno por uno, hasta resolverlos. Vivamos nuestro hoy, no adormecidos
por el dolor y las angustias, sino vivamos con la esperanza y la confianza puesta
en Dios. La mujer y hombre que tengan su
fe y confianza en el Señor, de sobra saben: “que Dios actúa”, en la misma gente
que busca aliviar el dolor y los problemas de la humanidad, de quien hace
caridad con su prójimo, de quien busca amar sin medida.
Recemos juntos, Dios Uno y Trino, permíteme confiar
más en ti y en tu divina providencia, permítenos ser
instrumentos de amor, justicia y paz, que traigamos consuelo y ayuda a quien lo
necesita, y que podamos construir juntos el Reino de Dios, que junto a ti Señor, podamos construir en comunidad.
P. Chava, SVD con sus hermanos de Congregación. |
P. Chava, SVD: Misionero del Verbo Divino Vicario de la Parroquia Virgen del Alba, Alcorcón, (Diócesis de Getafe), Madrid, España.
P. Chava, SVD |
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