Samuel 5,1-3; Salmo 121; Colosenses 1,12-20; Lucas 23,35-43
24 de noviembre de 2019
P. Chava, SVD, Cristo del Corcovado, Río de Janeiro, Brasil. |
Viva Dios Uno y Trino en nuestros corazones y en los corazones de toda la humanidad. Señor en ti ponemos nuestra confianza, nuestras vidas, queremos hacer tu voluntad y hacer visible el Reino de Dios aquí y ahora.
En la segunda lectura leemos en Samuel, que para
llegar a gobernar hay que haber reconocimiento de los integrantes del gobierno,
tiene que existir pactos y alianzas con sus condiciones. Así es como un pastor
se convierte un rey, es un ungido por los sabios del pueblo de Israel. El rey
David será de los más famosos de los reyes en la humanidad.
P. Chava, SVD, Castillo de san Xavier, Navarra, España. |
En la segunda lectura Pablo escribe a los colosenses y
les hace una síntesis de la historia de la salvación: Jesús existía antes de la
creación, junto con el Padre crearon todo, por derecho propio le pertenece
todo, agrega que gracias a la sangre derramada de Jesús el pecado quedo limpio
de sus culpas, la redención es real y eficiente, por tanto, mirar al crucificado
nos hace ver a nuestro Dios que dio la vida para salvarnos.
En el evangelio, nos
narran los últimos momentos de vida de Jesús en la cruz, muchos se burlaban de
su mesianismo y de su impotencia por no poder salvarse a si mismo, para no
morir crucificado en la cruz; lugar reservado para la gente indeseable del
imperio, y cuya muerte es lenta, humillante y muy dolorosa. Jesús mismo en una situación
tan inhumana da esperanza de vida a eterna para los que asisten y para su
acompañante crucificado que lo defendió. Los cristianos creemos que la muerte
en la cruz fue para cumplir la voluntad de Dios y para que su muerte nos redima
de nuestros pecados.
P. Chava, SVD y el Cristo de san Xavier, Navarra, España. |
P. Chava,
SVD: Misionero del Verbo Divino, Párroco in solidum de las unidades
pastorales en Villatuerta, Oteiza, Noveleta, Grocin y Murillo, en Navarra, Diócesis de Pamplona, España.